MIRADAS EN CORTO.UN LUSTRO PARA LA CONSOLIDACIÓN DEL CORTOMETRAJE ESPAÑOL (Editorial Tal Vez) 432 Págs.
Este libro intenta establecer el punto de situación del cortometraje en nuestro país en un periodo que se corresponde con la crisis económica que, desgraciadamente, padecemos.
En la primera parte del libro, se analiza cómo a pesar de los recortes presupuestarios que amenazan la viabilidad de este formato y que han herido de muerte a algunos festivales donde se pueden exhibir estas piezas, aún se realizan numerosos cortos que se aprovechan del riesgo y locura romántica de algunos productores y de una serie de distribuidoras que han profesionalizado al máximo su gestión. Además, por fortuna, las comunidades autónomas implicadas en la promoción del cortometraje siguen apostando por sus redes de distribución, absolutamente necesarias para dar a conocer los trabajos de nuestros cineastas por el mundo entero.
En esta etapa han mejorado los espacios de exhibición –todavía insuficientes- y algunos medios de comunicación han abierto ventanas que se acercan a los cineastas que experimentan en este género, quizá el más libre para la creación audiovisual. Se ha producido un cambio radical: del consumo colectivo al consumo individualizado. Nacen nuevas plataformas de exhibición en las redes sociales que acogen otro tipo de cine (independiente, low cost, experimental) como Márgenes y Plataforma de Difusión e Investigación Audiovisual (PLAT), que son un punto de encuentro muy interesante para la difusión cinematográfica.
El sector ha reflexionado sobre la realidad de este formato con identidad propia, intentando la dignificación profesional del mismo. La aparición en su momento de la Coordinadora del Cortometraje Español y, recientemente, de El Visor del Cortometraje son signos que evidencian la toma de conciencia sobre la necesidad de lograr mejoras en todos los aspectos (producción, distribución, exhibición y festivales).
Se confirma el impacto de las redes sociales, que impulsan el acceso mayoritario de las piezas y, sobre todo, la revolución digital que permite la democratización de un género que se regenera constantemente.
La segunda parte del libro recorre las piezas más significativas del lustro. En la etapa analizada destaca la solidez del documental como género que se impregna de la realidad social y que cumple la función esencial del cine como testimonio y como compromiso. La animación adquiere un mayor grado de profesionalización que revierte en la alta calidad técnica de las producciones y la ficción sufre ciertos altibajos, tal vez provocados por la disyuntiva que se genera en muchos directores por mantener el riesgo propio del formato, por adaptarse a la temática festivalera para conseguir premios que ayudan a la financiación de la película.
La tercera parte del libro incorpora “Las críticas”, con el análisis detallado de 72 cortometrajes de este lustro y también “Joyas rescatadas”, 12 piezas a reivindicar en la historia del cortometraje nacional.
Con todo, y a pesar de las sombras y tormentas que se ciernen sobre el séptimo arte y, por ende, sobre el cortometraje (subvenciones cero, recortes en festivales) cabe augurar un ligero optimismo para esta forma de hacer cine.
El cortometraje es necesario como bastión de libertad, de experimentación, de aprendizaje y, por tanto, sería muy recomendable que los creadores regresasen más a menudo a ese componente de investigación que necesita toda obra que intenta romper con el lenguaje audiovisual establecido.
Por otro lado, desde la Administración se ha de valorar este espacio de creación cinematográfica, necesario para la cultura de un país en el que sus ciudadanos deben tener acceso a una mayor información para sentirse verdaderamente libres.
“Miradas en corto. Un lustro para la consolidación del cortometraje español” reivindica el impacto cultural de este fascinante género, origen del cinematógrafo y absolutamente imprescindible para enriquecer nuestro cine.
JUAN ANTONIO MORENO